jueves, 18 de septiembre de 2014

Dos.


La vida es como el arte: cuando lo haces de corazón, te sale la mejor obra, cuando lo haces para quedar bien con los demás, es probable que jamás trascienda.
  

Gozar secretamente del caos y la distorsión sabiendo que los demás piensan al revés mientras que uno es el que está en posesión de la verdad no es fácil. Ser alguien que todos los días está esperando una señal divina que lo transporte a un lugar adecuado, tampoco es sencillo. Es incómodo tener opiniones ridículas, sobre todo cuando de repente tú mismo ya no entiendes nada. Ser amante de la belleza, pero no de la que otros conciben como tal, significa poseer la mente de un creador.


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